Tu ideal llamada

No sé qué bello tinte amaneció conmigo
que todo en este día me parece bueno.
Contemplo mi jardín de flores todo lleno
y miro cualquier rostro como un rostro amigo.
No hay penas ni amarguras, en verdad lo digo,
ni llantos, ni agonías, ni maldad, ni cieno,
ni sombras del ayer frustrado, ni veneno,
ni mano que cizañe siempre, sólo el trigo.
Mi alma es como nueva: tiene luz del día,
del nuevo sol que alumbra esta feliz jornada.
Te siento en mí, Señor, sentir no es fantasía;
tú tienes en mi pecho mi mejor morada,
tu nido de pasión en donde noche y día,
ardiendo en la impanciencia, aguardo tu llamada.
Y espero tus promesas tras mi celosía,
que dando estoy respuesta a tu ideal llamada.

Fe López-Mingo

No hay comentarios:

Publicar un comentario